Bienvenido a la revista digital de Empresa Agraria
 

BlueN, la bacteria que aporta nitrógeno de forma eficaz y rentable respetando el medio ambiente

Indicado para todo tipo de cultivos, incluidos cereales y colza, BlueN destaca por su fácil aplicación; una sola vez en todo el ciclo y directamente sobre las hojas

En agricultura, el uso de fertilizantes nitrogenados es una práctica esencial para optimizar y maximizar los rendimientos en los cultivos. El nitrógeno, después del agua, es el principal factor restrictivo para el desarrollo de las plantas y cuando tienen la cantidad correcta y no se presentan otro tipo de limitantes, crecen y producen adecuadamente. Por ello, se ha convertido en el fertilizante más utilizado en la agricultura mundial. Su importancia es tal que, si no se aplicara ningún tipo de fertilizante, se producirían un 48 % menos de alimentos. Pero el sector también es consciente del impacto medioambiental que conlleva la utilización de este fertilizante.

En este contexto, todas las partes implicadas siguen investigando con el objetivo de encontrar una solución que mejore la eficiencia y facilite el suministro de nitrógeno a los cultivos de forma eficaz, rentable y sin perjudicar al medio ambiente. Este es el caso de Symborg, una empresa de biotecnología agrícola especializada en biofertilizantes y bioestimulantes para las plantas.

La solución de Symborg a este problema se llama BlueN, un producto basado en la bacteria Methylobacterium symbioticum patentada por la biotecnológica que es capaz de aportar a la planta nitrógeno de forma biológica. Entre otras cualidades, la bacteria se caracteriza por su alta eficacia en la fijación biológica de nitrógeno, su alta efectividad en condiciones de agricultura de precisión y su funcionalidad en todos los cultivos de interés agronómico.

El nitrógeno es el elemento más abundante en la atmósfera terrestre, un 80% aproximadamente de la misma está compuesta por nitrógeno; sin embargo, existe la paradoja de que no puede ser usado por las plantas de forma directa, sino que tiene que ser reducido de alguna manera para poder ser asimilado por estas.

BlueN fija nitrógeno de forma biológica, de ahí que se aplique directamente sobre las hojas en las fases iniciales del cultivo. La bacteria penetra en las plantas a través de los estomas de las hojas y se instala principalmente en las células fotosintéticas de los vegetales, utilizando el sistema enzimático de la nitrogenasa para realizar esta fijación biológica. Este complejo, se encarga primero de reducir y luego fijar el nitrógeno atmosférico, proceso a través del cual el nitrógeno del aire se convierte en amonio. De esta forma, la planta asimila directamente el nitrógeno de la atmósfera de manera constante, transformándolo en amonio para que a través de otros procesos enzimáticos se generen aminoácidos (proteínas) y así se nutra la planta durante toda la temporada de cultivo. “Esto supone un importante ahorro energético para los cultivos y un ahorro económico para los agricultores», explica Félix Fernández, Director de Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de Symborg.

Además, BlueN requiere de una sola aplicación por ciclo de cultivo y es compatible con la mayoría de los herbicidas, fungicidas e insecticidas. La multinacional lleva años dedicados a la investigación de alternativas biológicas para la fertilización de los cultivos. “BlueN está pensado para aportar nitrógeno de forma eficaz y sostenible en todos los escenarios y modelos de producción agrícola y especialmente en aquellas zonas o cultivos con restricciones en el uso del mismo”, comenta el Director de Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva. Inicialmente los cultivos objetivos de la compañía fueron el maíz, la soja, el arroz o el trigo, pero hoy en día BlueN está indicado para cualquier tipo de cultivo.

Eficacia en cereales y colza

Castilla y León produce en torno al 40 % de la producción de cereal en España, que se estima en esta campaña superior a los 20 millones de toneladas. Una cifra que pone de manifiesto la importancia del cultivo para la región.

Además, la cosecha de cereal de invierno de este año en Castilla y León es la segunda mayor cosecha de los últimos 35 años, según datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. La previsión es de 8,4 millones de toneladas, sólo por detrás de las 9,4 millones de toneladas alcanzadas en 2008. La producción total de cereal en la región está constituida principalmente por trigo blando, trigo duro, cebada, centeno, maíz, sorgo y productos de primera transformación de los cereales (harinas, sémola de trigo, malta, almidón, etc.).

infografia blueN

 

“En el caso del trigo, en Castilla y León, con BlueN se han conseguido unos resultados que mejoran la eficiencia de la fertilización convencional nitrogenada en un 30 %”, señala Félix Fernández.

BlueN también está indicado para la colza, un cultivo que ha aumentado en importancia en la región gracias al auge de los biocombustibles y que se caracteriza por su rentabilidad y lo asequible de su manejo. En Castilla y León se cultivan 24.285 ha en total, que producen 52.172 toneladas, según el Anuario de Estadística Agraria de Castilla y León (2018). Para el cultivo de la colza, la aportación sostenible de nitrógeno es esencial para mantener la producción.

BlueN, la solución para las zonas vulnerables por contaminación 

Con la entrada en vigor del Decreto 5/2020, de 25 de junio, el pasado mes de julio, se declaran en Castilla y León 24 zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos, integradas por 387 municipios, frente a las 10 zonas y 67 municipios que contenía el decreto anterior, lo que supone un aumento de más de 10.000 kilómetros cuadrados de la superficie a proteger.

El nuevo Decreto supone un paso más en la protección del medio ambiente, ya que la contaminación de las aguas por nitrato tiene importantes consecuencias. Por un lado, limita el abastecimiento de agua a las poblaciones afectadas y obliga a disponer de costosos sistemas de depuración y, por otro, produce contaminación por exceso de nutrientes, que conlleva una pérdida de biodiversidad en los ecosistemas.

En este contexto, contar con alternativas sostenibles es esencial para todas las zonas de cultivo, pero sobre todo en aquellas con limitaciones a la utilización de nitrógeno. “BlueN es una ayuda clave a la hora de cumplir las cada vez más exigentes normativas relacionadas con el uso de nitrógeno”, concluye Félix Fernández.

BlueN es un biofertilizante que permite a todas las especies vegetales fijar nitrógeno del aire. Al ser una solución 100 % biológica, evita la lixiviación de nitrato y permite disminuir la degradación de los suelos.

 

No comments

Sorry, the comment form is closed at this time.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies