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Las principales Lonjas españolas han desatado la euforia en los mercados del cereal. Las subidas de 9 euros en los precios del trigo y la cebada para la semana del 16 al 23 de agosto, sumadas a las repetidas subidas a lo largo del mes de julio y agosto han colocado los precios de todos los cereales en cotas que se acercan a los máximos históricos.

¿Qué está pasando con los cereales.? A la altura de mediados de mayo y durante la primera semana de junio, los principales operadores privados de Castilla y León ofertaron a los agricultores contratos muy atractivos para esas fechas y sobre todo con respecto a las liquidaciones medias de la campaña anterior.

Muchos agricultores contrataron cebadas en torno a los 190-200 € Tm. y trigos en torno a los 210-215 € Tm. entendiendo que eran precios lo suficientemente atractivos, considerando además que la cercana cosecha de cereal venia generosa. Una vez finalizada se ha valorado en un 15% inferior a la de 2020, que fue récord.

Consultando fuentes autorizadas de Grupos Cooperativos, multinacionales y otros operadores privados del sector de los cereales, todos coinciden en que el mercado real está muy por encima de las lonjas. Por lo que se deduce, que estas tendrán que seguir reflejando subidas en las próximas sesiones. Esto aumentara la volatilidad en los precios al producirse operaciones día a día.

¿Por qué se está produciendo esta situación.? Todos coinciden en que ir a buscarlo a los puertos esta prohibitivo.

El último informe USDA emitido por el gobierno Norteamericano, refleja unas previsiones de cosecha de trigo en USA ligeramente inferiores a la media. Así como un recorte importante en la cosecha rusa que se agrava con unas políticas arancelarias severas que dificultan las exportaciones del principal abastecedor de trigo a los mercados. Si lo sumamos a una bajada importante de la calidad de los trigos franceses y alemanes, a causa de las incesantes lluvias, condicionan las llegadas de cereal a los puertos españoles.

España, país deficitario en cereales, necesitará importar este año del orden de 12 millones de Toneladas de cereal para cubrir sus necesidades. Castilla y León, que es la única región de España, netamente excedentaria (produce más de lo que consume) se está convirtiendo en el principal foco de captación de cereal hacia otras regiones de España, ya que los puertos están con precios inasumibles.

El agricultor, que viene de 2 años con producciones récord, y por lo tanto no necesita liquidez, está reteniendo la mercancía.

¿Puede aguantar la cabaña ganadera este escenario de costes en la alimentación.? Solo se me ocurre una solución.

Tendrán que repercutir el incremento en los costes de la alimentación ganadera a los precios de venta de sus productos (fundamentalmente leche y carne). ¿La distribución podrá a su vez repercutirlo en los lineales de sus establecimientos?

Lo que nos lleva irremediablemente a la siguiente incógnita; ¿Está dispuesto el consumidor final a pagar algo más por los productos básicos de su dieta.?

Si esta ecuación no tiene solución y los precios de las materias primas para la alimentación de la ganadería se mantienen durante meses, en los niveles actuales o incluso con subidas mayores, sin que se repercuta en los precios de los productos  ganaderos, estos  se verán en la tesitura de reducir sus cabañas.

Es una cuestión de oferta y demanda.

Y lo corrobora la importante subida de los inputs para la producción agrícola (maquinaría, fertilizantes, etc.)

El sector agrario necesita imperiosamente un equilibrio y estabilidad en la cadena alimentaria.

Autor: Lucio Fernández Choya. Editor de Empresa Agraria.

 

 

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