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Analizamos cómo es el Seguro para cultivos Industriales no Textiles

Esta póliza ofrece un amplio abanico de coberturas y garantías agrupadas en 3 módulos

Castilla y León es una de las comunidades autónomas con más tradición agraria de nuestra geografía, algo que también queda reflejado en las cifras del seguro. Esta comunidad es la que más seguros agrarios formaliza a lo largo del año, tanto en número de pólizas, como en superficie y producción asegurada.

Entre toda la contratación que se realiza destacan varias líneas de seguros. La de cultivos herbáceos extensivos es la primera, tanto en número de contratos, como en superficie y producción asegurada. A continuación, si nos fijamos en la producción, hay que resaltar el seguro para explotaciones de cultivos industriales no textiles.

Durante la campaña 2015, agricultores de Castilla y León firmaron cerca de 1.000 pólizas de este seguro, que daban cobertura a más de 640.000 toneladas de cultivo, de las cuales casi 637.000 fueron de remolacha azucarera, lo que supone más del 80% del total nacional de remolacha azucarera asegurada. Las malas condiciones meteorológicas y la variabilidad climática que venimos registrando últimamente generaron a productores que contrataron el seguro para cultivos industriales no textiles una siniestralidad de más de 252.000 euros.

El Seguro para Explotaciones de Cultivos Industriales no Textiles pone a disposición de los agricultores un amplio abanico de coberturas y garantías que se agrupan en 3 módulos entre los que deberá escoger el que se adapte mejor a las características y necesidades de su explotación.

Con este seguro se cubren los riesgos de pedrisco, no nascencia (solo para remolacha azucarera), viento (solo para tabaco), riesgos excepcionales (fauna silvestre, incendio, helada, inundación-lluvia torrencial, lluvia persistente, viento huracanado y virosis en tabaco) y resto de adversidades climáticas, organizados en tres módulos de contratación, con los que el agricultor puede asegurar desde coberturas más básicas para daños catastróficos, que se cubren e indemnizan a nivel de explotación, hasta niveles de cobertura por parcela.

Las opciones de aseguramiento con las que cuenta el agricultor que quiera proteger su cosecha frente riesgos no controlables, son las siguientes:

MÓDULO 1: cubre todos los riesgos garantizados por explotación.

MÓDULO 2: cubre todos los riesgos por parcela, a excepción de resto de adversidades climáticas que se realiza a nivel de explotación.

MÓDULO P: cubre los riesgos de pedrisco, riesgos excepcionales y, en el caso de la remolacha azucarera, no nascencia por parcela, pudiendo elegir contratar o no este último riesgo.

Además, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente  concede una subvención que puede alcanzar hasta el 75%, 54% o 38% de la prima comercial base neta, en función del módulo escogido por agricultor. A esto hay que añadirle lo que puedan conceder las comunidades autónomas. Además, Agroseguro establece un sistema se bonificaciones mediante el cual un asegurado podrá optar a una bonificación que podría llegar al 25% del coste del seguro.

Todo esto contribuye a abaratar considerablemente la prima a pagar por el asegurado.

 

Autor:

José Ignacio García Barasoain.

Director Territorial Castilla Agroseguro.

 

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