Ahora es el momento de contratar los seguros de primavera que protegen las cosechas de herbáceos extensivos o la uva de vino, entre otros cultivos
Desde hace más de quince años, Agroseguro encarga anualmente, a una empresa externa especialista en estudios de mercado, la elaboración del Índice de Calidad Percibida, para conocer la satisfacción de los agricultores y ganaderos respecto al seguro agrario. En total, se realizan más de 2.300 encuestas a productores de las líneas de más peso: herbáceos, uva de vino, frutales, hortalizas… procedentes de todo el territorio nacional.
Entre los resultados más destacados de 2022, se encuentra la confianza en el seguro, que se mantiene en niveles muy altos, ya que el 87% de los productores asegurados ha confirmado su intención de renovar su póliza en la próxima cosecha, el mismo porcentaje que presentó la encuesta realizada en 2021.
Así, la nota media que los asegurados conceden al seguro agrario no ha parado de crecer en los últimos años. Tras rozar el 7 como nota media (sobre 10) en 2019 y 2020, en las encuestas realizadas en 2021 y 2022, la valoración sube por encima del notable, con un 7,10.
Estas cifras demuestran la confianza del sector en el seguro agrario, herramienta clave para agricultores y ganaderos en las actuales circunstancias de alta siniestralidad. Además, refuerzan la labor realizada por Agroseguro, ya que muestran un aumento de la satisfacción respecto a la calidad de la atención telefónica recibida (8,67) y la rapidez en el pago de indemnizaciones (8,29). Los resultados también confirman la eficacia del seguro agrario ante la realidad climática que vivimos, que ha elevado la siniestralidad hasta ratios históricos, con más de 1,6 millones de siniestros el pasado año, con una superficie siniestrada de casi dos millones de hectáreas, y 769 millones de euros en indemnizaciones abonadas a los agricultores y ganaderos. La cifra más alta en casi 43 años de historia del seguro agrario, superando a 2012, que cerró con 732 millones abonados debido a una la grave sequía que se registró y que ocasionó daños catastróficos en cereal.
La helada registrada en la primera semana del mes de abril, fue la principal responsable de la elevada siniestralidad de la pasada campaña, ya que causó graves siniestros en las producciones de frutales y frutos secos de regiones como Cataluña, Aragón o Castilla-La Mancha, con más de 220 millones de euros en daños en tres noches de muy bajas temperaturas. Además, las tormentas de pedrisco que se sufren de manera constante en los últimos años, dejaron más de 165 millones de euros en indemnizaciones. El resto de los pagos corresponden a fenómenos meteorológicos como las altas temperaturas, olas y golpes de calor, o la falta de precipitaciones, temporales de lluvia o viento, así como los siniestros pecuarios.
Castilla y León, por su parte, aunque por fortuna esquivó los efectos de la helada que en abril sufrieron otras regiones, cerró el año con 81,42 millones de euros en indemnizaciones abonadas. Esta cantidad se debe sobre todo a las elevadas temperaturas, golpes de calor y escasas precipitaciones que se registraron a lo largo del año. Los cultivos herbáceos fueron los que sufrieron los daños más importantes, con indemnizaciones cercanas a los 55 millones de euros, es decir, un 83% más que en la campaña 2021. La uva de vino cerró el año con indemnizaciones de 4 millones de euros y los seguros pecuarios con cerca de 20 millones.
Entramos en la época del año en la que el pedrisco es una de las mayores preocupaciones de los agricultores
Ahora es el momento de contratar los seguros de primavera que protegen las cosechas de herbáceos extensivos o la uva de vino, entre otros, cultivos que gozan de gran importancia en Castilla y León.
El seguro de cultivos herbáceos, es el que cuenta con más peso en la región (no en vano Castilla y León es su principal zona de producción junto a otras como Castilla-La Mancha, Aragón, Andalucía y Cataluña). Actualmente, los agricultores cuentan con la posibilidad de asegurar sus explotaciones a través de la opción que conocen como módulo de pedrisco, es decir, el módulo P, que cubre los daños provocados por los riesgos de pedrisco, incendio y riesgos excepcionales por parcela, lo que significa que en el momento en el que ocurra un siniestro, la cobertura se realiza por parcela y por lo tanto la indemnización se calculará igualmente a nivel de parcela. Además, el seguro incluye una garantía a la paja de cereales de invierno que cubre los riesgos citados anteriormente.
También está abierto el periodo para contratar el seguro de uva de vino en su modalidad de primavera, que hasta el 30 de abril ofrece las coberturas frente a pedrisco y los riesgos excepcionales de fauna silvestre, incendio, inundación-lluvia torrencial, lluvia persistente y viento huracanado. Además, cabe destacar el seguro de cultivos industriales no textiles, que cubre los daños que se produzcan en las cosechas de remolacha azucarera (que hasta el 10 de abril se puede contratar incluyendo el riesgo de no nascencia), pero también de otros cultivos como el lúpulo y la adormidera.
Apenas transcurridos tres meses desde que comenzó el año, por el momento, 2023 se está caracterizando por la estabilidad meteorológica, con algunos siniestros por viento, lluvias persistentes y heladas puntuales. Entramos ahora en un momento en el que una de las principales preocupaciones para los agricultores es el pedrisco, si bien es cierto que la meteorología es cada vez más impredecible. En los últimos años se han venido alternando graves sequías, con fuertes tormentas de pedrisco y lluvia o nieve a deshora. Ha llegado a ocurrir, incluso que a lo largo de un mismo año se han registrado al mismo tiempo fenómenos contrarios en función de la ubicación geográfica. Esta situación, por su parte, ha contribuido a consolidar la utilidad, solvencia y solidez del seguro agrario para el sector, ya que es una herramienta que otorga a agricultores y ganaderos esa tranquilidad que la realidad actual no está concediendo.
