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Productos fitosanitarios y salud, no te descuides

Debemos prestar atención a la etiqueta y utilizar siempre el equipo de protección personal (EPI)

En los años 20 del siglo pasado se inició la “era de los plaguicidas sintéticos”, hasta ese momento se habían usado sustancias naturales. Fue en la segunda mitad del siglo XIX cuando se empezó a forjar la industria química, debido a la mayor demanda de fitosanitarios, como consecuencia de la explosión del sector agrícola a nivel comercial. Se trataba de sustancias inespecíficas como acetoarsenito de cobre, disulfuro de carbono o sulfato de cobre.

En el año 1939 el suizo Paul Herman Müller descubrió las propiedades del organoclorado DDT como insecticida, lo que le supuso ser galardonado con el premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1948. El DDT fue usado en la Segunda Guerra Mundial para luchar contra los insectos que transmitían enfermedades como la malaria, fiebre amarilla y otras muchas infecciones causadas por insectos vectores. Posteriormente se empezó a usar en agricultura y ganadería y aunque en algún momento se pensó que este plaguicida sería el bálsamo con el que se libraría de plagas a la humanidad, el DDT fue prohibido en 1972 por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos debido a los peligros derivados de su utilización para el medio ambiente. Aun así, con el DDT se había iniciado el camino hacia los agroquímicos de síntesis.

Ha llovido mucho desde entonces, la última generación de los productos para el control de plagas se caracteriza por su alta selectividad y rápida degradación. En este momento los productos fitosanitarios son fundamentales en la agricultura, pero hay que tener en cuenta que, al igual que actúan sobre las plagas del campo, pueden afectar otros seres vivos que se ven expuestos a su acción.

Antes de realizar un tratamiento debemos constatar si es necesaria la aplicación

La exposición a los productos fitosanitarios tiene riesgos para la salud. El distribuidor, el agricultor, y sobre todo el aplicador deben ser conscientes de estos riesgos de exposición y tomar las debidas precauciones en el transporte y manipulación en los productos fitosanitarios. En los cursos para la obtención del carné de manipulador, tanto en el nivel básico como en el cualificado, hay más de un capítulo dedicado a este tema, por desgracia son muchos los que hacen caso omiso a las recomendaciones, incluso de las más básicas, como el uso de protección personal (hay quien no se pone ni los guantes) o el no comer ni fumar durante la aplicación. Probablemente son los que consideran que no van a estar en la lista de 1,5 millones de intoxicados ni en la de los 28.000 fallecidos que se producen todos los años, según la OMS, por no tomar las debidas precauciones en el uso y aplicación de estos productos.

Son los trabajadores y profesionales del campo quienes tienen mayor riesgo de exposición al efecto toxico de los productos fitosanitarios. Esta exposición continuada hace que puedan tener una intoxicación crónica. Este tipo de intoxicación es la que se da cuando hay contacto en dosis bajas y durante un largo periodo de tiempo y cuyos efectos pasan desapercibidos. Si no se toman las debidas precauciones durante la manipulación del producto, los posibles efectos crónicos van desde una dermatitis alérgica, a problemas neurológicos como trastornos del comportamiento, atrofia del nervio óptico, fibrosis pulmonar, cirrosis, cáncer…

Para que esto no ocurra la prevención y la protección personal son medidas fundamentales para disminuir los riesgos a los que el sector agrícola está expuesto. Para ello es imprescindible, entre otras cosas, conocer la toxicidad del plaguicida, la exposición al mismo y utilizar de forma correcta los diferentes Equipos de Protección Individual (EPI).

Evita los tratamientos con altas temperaturas y los ratos de descanso hazlos fuera de la zona de aplicación

Antes de realizar un tratamiento debemos constatar si es necesaria la aplicación. Según la normativa vigente se debe recurrir a un asesor competente que reconozca la plaga que sufre el cultivo, su fase de desarrollo, la extensión de los daños sufridos y la valoración económica del tratamiento, así como las medidas de control fitosanitario a aplicar,  si la plaga alcanza un tamaño capaz de producir un perjuicio económico, sobre el cultivo superior al coste de la medida aplicada.

Si es necesario el tratamiento con un producto fitosanitario se deberá elegir el que presente menos riesgos tanto para las personas como para el medioambiente, el producto deberá estar autorizado en el Registro Oficial de Fitosanitarios para el cultivo en cuestión y se encontrará en su envase original, precintado y con la etiqueta en perfectas condiciones, también se solicitará al vendedor la ficha de datos de seguridad del producto.

Es imprescindible leer detenidamente la etiqueta del producto, pues es donde está reflejada toda la información sobre el producto y su correcta utilización y es de obligado cumplimiento seguir todas sus indicaciones. En el centro de la etiqueta figura la información principal del producto; en la parte derecha de la etiqueta esta la información fitoterapeútica (aplicaciones autorizadas, dosis y modo de empleo, momento de aplicación, incompatibilidades, precauciones de empleo, plazos de seguridad y advertencias); en la parte izquierda aparece la información sobre riesgos, (símbolos e indicativos de peligro, frases de riesgo, consejos de prudencia, recomendaciones en casos intoxicación o accidente, condicionamientos preventivos de riesgos y gestión de envases).

Las fichas de datos de seguridad (FDS) son igualmente importantes, pues profundizan sobre el contenido técnico de la etiqueta, de riesgos, de prevención, uso, manipulación, qué hacer en caso de intoxicación, medidas en caso de vertido del producto, estabilidad, información toxicológica, etc.

Por favor, presta atención a la etiqueta, utiliza siempre el equipo de protección personal (EPI), no limpies las boquillas soplando, no comas ni fumes ni bebas, no tomes bebidas alcohólicas, lávate las manos antes de ir al servicio, evita los tratamientos con altas temperaturas, los ratos de descanso hazlos fuera de la zona de tratamiento, evita que entren en la parcela otras personas sin EPI, cierra bien los envases de PPFF y no los dejes al alcance de otros…. tu salud y la de los que te rodean es lo primero, no te la juegues.

 

Autora:

María López.

Dirección y Administración de DEAGRO S.L.

Más información: 983 044 568.

 

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