Los españoles se gastan casi 8.500 millones de euros al año en productos hortofrutícolas, lo que representa el 11% de la cesta de la compra
La fruta y la verdura son incondicionales en la cesta de la compra de los españoles por su carácter saludable y como elementos básicos de la dieta mediterránea. Tal es así que sus ventas aumentaron en el último año (de mayo de 2015 a abril de 2016) un 7,2% y un 7,5%, respectivamente, a pesar de la evolución al alza de sus precios que crecieron en torno al 8% en ambos casos, según datos ofrecidos por la consultora Nielsen en el Congreso AECOC de Frutas y Hortalizas, que se celebra hoy y mañana en Valencia.
No obstante, el consumidor sacó a relucir su hipersensibilidad al precio cuando se acerca a la sección de frutas y verduras, de tal modo que compró más aquellos productos con crecimientos moderados de precio y castigó los que más se encarecieron.
Los extremos de la huerta en la cesta de la compra
Esta polarización de la cesta de la compra de frutas y verduras tiene a varios productos como grandes protagonistas. En el caso de las primeras, las fresas se abarataron un 1,5% y su compra creció un 9,2%, mientras que el kiwi cedió en precio un 3,6%, para “recoger sus frutos” con un 6,8% más en ventas.
En cambio, las cerezas/picotas se encarecieron un 18% y las peras un 11%, algo que castigó el consumidor comprando el 24% y el 12,6% menos. ¿La excepción? los limones, que a pesar de que subieron de precio casi un 15%, no “exprimieron” el bolsillo del consumidor y sus ventas aumentaron un 9,7%.
En la verdura, idéntico comportamiento que en la fruta. Entre otros ejemplos, pepinos, zanahorias y judías verdes resultaron más baratos para el consumidor (entre el 2,7% y el 3,8%), un caldo de cultivo idóneo para aumentar su presencia en la cesta de la compra, entre un 3,5% y un 7%.
En cambio, pimientos y patatas registraron subidas de precio del 18% y la consecuencia fue que el consumidor los penalizó con caídas de los kilos vendidos de hasta casi un 5%.