Con el programa AKER de FLORIMOND DESPREZ, se busca ampliar la variabilidad genética de la remolacha y mejorar su competitividad
El proceso permanente y complejo de mejora de los resultados agronómicos de la remolacha azucarera por medio de la mejora genética, proporciona continuamente productos con más rendimiento para los agricultores y la industria. La creación y la producción de semilla de una nueva variedad comercial pueden llevar hasta 12 años antes de alcanzar el mercado.
El germoplasma, los cruzamientos, los ensayos y las observaciones sobre el terreno, representan las herramientas básicas para la selección varietal. Sin embargo, las biotecnologías se han convertido en un complemento mayor de las actividades tradicionales de la selección. En paralelo, se han realizado grandes avances gracias a la automatización – por la parte de ordenadores y de cámaras de cultivo de alta tecnología – y a las infraestructuras de invernaderos. El progreso más importante es el resultado de la aplicación de tecnologías de ADN, que permiten el análisis, la secuenciación, la utilización y la manipulación del ADN con el fin de mejorar las características genéticas de las variedades creadas.
El ADN constitutivo de los genes, contiene las informaciones genéticas. La comprensión de su organización con el fin de combinar mejor los genes para producir nuevas variedades más productivas, se encuentra en el corazón de nuestras actividades de selección y de biotecnología de hoy.
Los avances logrados en biología vegetal: Intervenir directa o indirectamente sobre el ADN, analizar y clasificar las informaciones genéticas para aislar los caracteres expresados en la remolacha azucarera, gestionar y seleccionar las combinaciones y recombinaciones genéticas, modificar estas informaciones genéticas (y por tanto los caracteres codificados por los genes).
Otro elemento de la biotecnología tiene que ver con la aplicación de la biología celular, que incluye los métodos de micropropagación vegetal. Éstos comprenden métodos patentados de cultivo celular para regenerar una planta funcional completa a partir de células individuales, que ofrece oportunidades suplementarias para añadir nuevos caracteres a las técnicas de cruzamientos.
Se han desarrollado numerosas herramientas innovadoras para permitir establecer rápidamente y de manera precisa la expresión del carácter, el resultado en campo, los tratamientos de semillas o los procesos fisiológicos de las semillas o de las plantas
Con confianza en el futuro, aún después de 2017
El pasado 6 de septiembre el SESVANDERHAVE Innovation Center (SVIC), nuevo centro de investigación y desarrollo dedicado a la remolacha azucarera, ha sido inaugurado en Tirlemont por el ministro federal de Agricultura Belga, Willy Borsus en presencia de más de 250 representantes del sector y científicos internacionales de renombre. Con un presupuesto de 20 millones de euros y construido en apenas 400 días, el SVIC es, con sus 13.000m² de invernadero y 2.000m² de laboratorios, uno de los centros de investigación más avanzados de la industria azucarera.
Según Van Tetering, CEO de Sesvanderhave: «El Centro de Innovación SESVANDERHAVE es crítico para la empresa y la industria azucarera. Esto nos permitirá poner en el mercado nuevas y mejores variedades más rápidamente, como por ejemplo remolacha azucarera que dé una producción más alta, que sea más resistente a enfermedades o menos dependiente de pesticidas. Esto demuestra que creemos en la remolacha azucarera, a pesar de la pendiente supresión de la cuotas, prevista en 2017.»
Futuro de la remolacha azucarera
Llegado al punto actual caña/remolacha, en la producción del azúcar, la supervivencia de la remolacha está en ganar competitividad frente a la caña, mejorando su productividad.
Con el programa AKER liderado y financiado por FLORIMOND DESPREZ, se busca ampliar la variabilidad genética de la remolacha y se pretende mejorar su competitividad para el horizonte 2020 doblando el ritmo de crecimiento anual de su rendimiento de azúcar por hectárea (el 4 % vs el 2 %).
El Programa AKER entra en su segunda fase, cuatro años después de su puesta en marcha, con 2020 como horizonte. El balance a mitad del recorrido es ya ampliamente positivo. Se han obtenido resultados revolucionarios sobre el conocimiento del genoma de las remolachas cultivadas y exóticas. La variabilidad y la riqueza de sus recursos genéticos están ahora a nuestro alcance. Más allá de la remolacha, AKER se ha convertido, por su originalidad y su eficacia, en un modelo para otras plantas.
El Programa AKER interviene a nivel de la elección de variedad, pero igualmente sobre los elementos determinantes de la productividad: Balance nitrógeno, optimización de los tratamientos, gestión del agua, gestión de la recolección…Permitiendo así a todo el gremio remolachero aumentar su competitividad frente a la caña de azúcar en el horizonte 2020.
El Programa AKER tendrá repercusiones para otras especies aparte de la remolacha, así como para otros ámbitos de competencias. Ya sea por la metodología puesta en práctica o por las herramientas que se han desarrollado, AKER es un modelo aplicable a numerosas especies.
Autor: Equipo Técnico F. Desprez – Sesvanderhave