Cada vez se hacen más vendimias a la carta, esto quiere decir que nuestra Tinta de Toro, dependiendo del suelo, la orientación, altitud, edad del viñedo… etc., encuentre el punto óptimo de maduración en momentos diferentes
Los últimos cuatro años, por regla general, se caracterizan por tener pluviometrías medias desde 250 a 350 litros anuales con precipitaciones que aparecen en invierno y primavera. Esto hace que los veranos sean secos y calurosos lo que hace que nuestros viñedos se caractericen por tener escasos tratamientos fitosanitarios, en su mayoría considerados como viñedos ecológicos. Las vendimias cada vez suelen ser más tempranas y se inician sobre la primera semana de septiembre, mes que se caracteriza por tener días calurosos entre 25ºC y 30ºC con noches frescas que pueden bajar hasta 10º. Estos cambios de temperatura entre dia y noche hacen que la maduración sea más ordenada donde se generan una buena cantidad de aromas primarios.
Cada vez se hacen más vendimias a la carta, esto quiere decir que nuestra Tinta de Toro, dependiendo del suelo, la orientación, altitud, edad del viñedo… etc., encuentre el punto óptimo de maduración en momentos diferentes. Estas vendimias seleccionadas hacen que los vinos de Toro cada vez sean más frescos y más elegantes, consiguiendo un equilibrio en el grado alcohólico y una acidez más fresca, lo que conlleva a que los aromas sean también más frescos con un mayor potencial de carácter afrutado.
El consumo de vinos de tintos de la variedad tempranillo/ Tinta de Toro cada vez está de moda ya que existe una tendencia en el consumidor de elegir los vinos del Duero. En este enclave, los vinos de Toro, en estos últimos años, se han ido adaptando al gusto que requieren los consumidores. Vinos con intensidad de colores media/alta, afrutados, y sobre todo una relación calidad precio excelente. Al igual que excelentes han sido las últimas cuatro añadas de la Denominación de Origen Toro, que han resultado ser frescas con un gran potencial. En estos últimos años la producción ha estado dentro de la media que caracteriza a esta Denominación de Origen, en torno a 20 millones de kg. Extrapolando estos datos de añadas frescas a la elaboración de los vinos encontramos un equilibrio entre la acidez, los taninos y los compuestos fenólicos. Esto hace que se presten muy bien al envejecimiento en barrica de roble donde el carácter especiado de la madera dará una complejidad aromática y donde los taninos de la Tinta de Toro se funden con la madera aportando cremosidad al vino, cuerpo y sobre todo, longevidad.
Otra de las características de los vinos de Toro viene condicionada por los suelos arenosos con cascajo que favorecen la acumulación del agua en el subsuelo disolviendo los nutrientes para que el desarrollo de la planta se realice de manera natural, lo que repercutirá en la calidad de maduración de las uvas, en el equilibrio de los compuestos y en el sello del terruño que aporta el suelo a la variedad.
Fuente: C.R.D.O. Toro.
