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AVAC centra su jornada de otoño en los cultivos extensivos

Julio Bonet de Fertiberia y Ángel González de KWS, fueron los participantes de esta nueva edición

En las jornadas de otoño organizadas por AVAC (Asociación Vallisoletana de Agricultura de Conservación), D. Julio Bonet doctor en Biotecnología y técnico de la Dirección de Innovación Agronómica de la empresa Fertiberia presentó una ponencia con el título ¿Cómo pueden ayudar las biotecnologías a los cultivos extensivos?

Durante los últimos 60 años, la agricultura convencional ha obviado la dimensión biológica de los suelos agrícolas. A consecuencia de ello, la mayor parte de nuestros suelos afrontan hoy una amenaza real de agotamiento debido a factores como la erosión, la pérdida de biodiversidad y de materia orgánica. Su conservación depende, en gran medida, de restaurar adecuadamente el ecosistema agrícola, considerando la restitución de las poblaciones naturales de hongos y bacterias endémicas como parte fundamental del largo proceso de recuperación del equilibrio que tenemos por delante.

Las situaciones derivadas de fenómenos extremos, consecuencia del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el cumplimiento de compromisos políticos como respuesta a demandas sociales que claman por un consumo más responsable de los recursos naturales, han acelerado lo que los expertos vienen advirtiendo desde hace décadas; nuestro modelo de consumo agroalimentario no es sostenible.

El desarrollo de la tecnología lo ha hecho posible y el cambio ya ha comenzado; el uso de productos bioprotectores “residuo cero” tradicionalmente ligados a la agricultura ecológica se está extendiendo a manejos convencionales y términos como semioquímico, inoculante o microbioma se usan por primera vez en la agricultura española.

AVAC centra su jornada de otoño en los cultivos extensivos
Ángel González (KWS), José Ángel Cortijo (Fertiberia), Julio Bonet (Fertiberia), Pedro Yustos (AVAC) y Javier Sainz de Baranda (Fertiberia Bioscience) antes de comenzar la jornada.

El uso de bioestumulantes y biofertilizantes se ha normalizado en nuestra agricultura y crece cada año en torno al 12%. Son una alternativa eficaz al uso de fitosanitarios tradicionales y respetuosa con el medio ambiente. Además de aumentar la tolerancia de los cultivos a condiciones ambientales adversas y reforzar sus defensas frente a infecciones por hongos y bacterias, está demostrado que mejoran la estructura del suelo y lo protegen de la erosión y de fenómenos meteorológicos extremos, cada día más frecuentes. A diferencia de la alternativa química, su uso no genera resistencias y trae consigo una larga lista de ventajas frente de las que carecen los fitosanitarios tradicionales. En este contexto, la división Fertiberia Bioscience ha lanzado una nueva línea de biotecnológicos bajo el nombre Neoforce. Esta línea incluye 10 productos desarrollados por Fertiberia Tech e incluye 3 biofertilizantes altamente concentrados (109 UFC/ml o g) en los que hemos seleccionado las cepas más eficaces para la implantación y prestación de todos esos servicios para que la restauración del microbioma natural del ecosistema agrícola sea pronto una realidad.

Entre ellos, destaca su seguridad alimentaria, pero no son menos desdeñables los beneficios para el agricultor como la mejora en la eficiencia del uso del agua, la rápida mineralización de nutrientes del suelo, la mayor solubilización de fósforo y potasio bloqueados en el suelo o la detoxificación de suelos degradados. Además, muchos de los microorganismos del suelo son fijadores naturales del nitrógeno del aire, de forma que los cultivos biofertilizados se benefician de una fuente extra de nitrógeno, que se plasmará en cultivos más productivos y sostenibles. La biofertilización también ofrece la ventaja del aumento de síntesis de las hormonas responsables de regular el crecimiento vegetal, (llamadas auxinas) gracias a las bacterias PGPRs (Rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal). Un aumento en la síntesis de estas hormonas casi siempre está relacionado con etapas de intenso crecimiento, y a consecuencia de ello, con un aumento en las producciones.

Los suelos son una de las principales reservas mundiales de biodiversidad y albergan más del 25 % de la diversidad biológica del planeta. Estos microorganismos nos alimentan, nos protegen del cambio climático y hasta de las enfermedades. La evolución ha ido moldeando las comunidades de plantas y microorganismos mejor adaptados hasta tal punto, que lo que antes veíamos como una relación insustancial entre plantas y bacterias del suelo, hoy sabemos que es fundamental para su supervivencia. Tanto es así, que hasta le hemos dado un nombre propio, el microbioma. Hasta tal punto es crucial, que las plantas invierten en torno al 20% de sus recursos energéticos en mantener a las comunidades microbianas del suelo. Reciben a cambio toda una serie de servicios altamente especializados. Una vez recuperemos los equilibrios naturales, el agricultor irá reduciendo su actual grado de dependencia de productos accesorios. Por ejemplo, en lo referente a la fertilización con fósforo, y dado que se estima que solo un 10% del fósforo contenido en el suelo está disponible para los cultivos, programas de biofertilización adecuados, que incluyan las cepas más eficaces en la movilización del fósforo y del potasio local, harán posible que los aportes de fósforo se puedan ajustar a necesidades reales.

El centeno híbrido de primavera

Tras esta conferencia intervino Ángel González, responsable de Cereales y Colza de KWS que habló sobre las posibilidades que ofrece el agricultor el centeno híbrido de primavera.

KWS, empresa innovadora desde su nacimiento anunció este verano el lanzamiento de KWS Allocator, un centeno híbrido de primavera, algo único en el mercado de cereales.

Esta nueva variedad tiene todas las ventajas ya conocidas de los híbridos, su mayor potencial de rendimiento, su estabilidad y rusticidad, logrando desarrollar el área de este cultivo en los últimos años. “La gran novedad es que esta nueva variedad no tiene requerimiento de vernalización, no necesita pasar todo el invierno para florecer, como las tradicionales variedades de invierno, dando mayor flexibilidad en la fecha de siembra, permitiendo atrasar su siembra si las condiciones del terreno no son las apropiadas”, explicó González

Además, en siembras tradicionales, “logra una anticipación post invernal, adelantando la floración y escapando de situaciones de estrés durante mayo, como han sido las últimas campañas”, señaló este técnico. KWS Allocator ha sido seleccionada entre muchas variedades por su baja talla, comportamiento frente a enfermedades y su estabilidad de rendimientos no sólo en ambientes frescos de Castilla y León, sino además por su respuesta productiva en climas cálidos de Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón.

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Periodista especializado en información agraria. #Agricultura, #Ganadería y pizcas de social media. @enripalomo en Twitter. Narrando desde @EmpresaAgraria

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