Bienvenido a la revista digital de Empresa Agraria

Por Francisco Sanz Gaite

No quiero que la ventana que me presta esta revista para expresar ideas sobre el sector agrícola y ganadero se convierta en una mirada frecuente hacia el pasado, pero para comentar lo que ha sucedido con la remolacha me apetece hacerlo y acordarme de algunas cosas que he vivido relacionadas con este cultivo.

Empezamos vendiendo sembradoras a “chorrillo”, luego de precisión, monograno, cultivadores guiados, auto guiados, equipos de herbicida, peladoras de latiguillos, arrancadoras, cosechadoras arrastradas etc, etc.  ¡Madre mía¡, ¡cómo ha evolucionado todo esto y como ha cambiado también la importancia de este cultivo en nuestra región!

No termino de entender por qué siendo tan social, tan rentable muchos años, habiendo aportado tanto beneficio al agricultor y a las empresas relacionadas con él, sufre en tan poco tiempo una caída tan brusca.

Desde luego el que menos culpa tiene, estoy seguro, es el remolachero que ha sabido adaptarse a las nuevas técnicas, ha hecho inversiones importantes y ha conseguido rendimientos en toneladas y en riqueza sacárica a la altura de los mejores productores de la Unión Europea.

Si somos deficitarios en azúcar, que lo somos, por qué no se ha defendido con más fuerza al sector remolachero, sabiendo todo el mundo lo importante que era para la agricultura de nuestra región donde supone riqueza y estabilidad para mucha gente.

Entiendo que países súper productores de azúcar como Brasil, India, o China (siempre los chinos en todo), con costes bajos de producción o con mejor climatología, inunden el mercado, pero siendo la U.E. un histórico y gran productor, ¿no ha podido hacer más por proteger un cultivo tan social como este?, pregunto.

Tenemos en “casa” una gran Cooperativa remolachera que fue desde su creación la gran defensora del cultivo y el orgullo de sus socios.  Recientemente ha reestructurado su equipo directivo, con nuevo presidente al frente. A ellos les toca ahora seguir defendiendo la remolacha y como decidieron los socios en su día, también otros cultivos.

Mi relación con varios de los presidentes siempre fue buena, valoro las difíciles decisiones que han tenido que tomar, los sinsabores del cargo y las criticas muchas veces duras, de socios seguramente con poca información. Es un trabajo difícil siempre dirigir una cooperativa dado nuestro carácter poco asociativo.

Yo, que soy positivo por naturaleza, confío en que la Industria y la Cooperativa ACOR, reviertan la situación (parece que todo apunta en esa dirección), así que Sr. Posadas y equipo, buen trabajo y suerte desde aquí de todo corazón.

Mientras permitirme que añore esos valles castellanos salpicados de parcelas de remolacha detrás de las que siempre imaginaba el trabajo y la riqueza para el agricultor estaba detrás.

A nosotros también nos tocaba algo claro.

 

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