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Remolacha: objetivo salvar el cultivo

Por Lucio Fernández Choya 

Cuando nos encontramos en el “cenit” de la sementera de remolacha 2021, nos desayunamos con la resolución al LAUDO presentado por ASAJA Castilla y León, donde se obliga a AB Azucarera Iberia a abonar a los agricultores de toda España, que contrataron con esta en 2019, la diferencia del precio pagado con el precio que se debió de pagar por la raíz, en base al AMI vigente en esas fechas.

Unos 6,5 millones de euros aproximadamente que saldrán de las cuentas de Azucarera, hacia el bolso de los agricultores.

Según el comunicado que inmediatamente envió Azucarera, el mismo viernes día 12 de marzo, el LAUDO será acatado por esta y el asunto quedará zanjado.

Si contemplamos el futuro del cultivo con una perspectiva más amplia, nos asalta una primera incógnita. ¿Puede llegar a ser un cultivo interesante para los agricultores, independientemente de si contratan con ACOR, Azucarera o si hacen cultivo compartido con esta, con el escenario de precios actual?

Evidentemente, no para todos los cultivadores. La viabilidad económica actual de este cultivo viene marcada por las ayudas vía pago acoplado de la PAC (600 € x Ha.), las ayudas al PDR (500 € x Ha. ), y demás complementos.

Por eso es imprescindible que se puedan mantener estos apoyos públicos al cultivo, con una implicación decidida de todas las administraciones: Europa, Estado Español y Comunidades Autónomas.

La futura reglamentación de la PAC, de alguna manera tiene que mantener o incrementar este apoyo.

La siguiente variable, que esperemos que ayude a mantener el cultivo, es la subida del precio internacional del azúcar, que ponga en beneficios a las principales industrias y Cooperativas del sector azucarero en Europa. Esto permitirá el pagar mejor la raíz de remolacha al agricultor.

Pero el principal cambio que necesita el cultivo, para que este tenga futuro, tiene que venir de la mano de los propios agricultores.

Apelar a los beneficios que generaba este cultivo hace 20 años, no tiene razón de ser.

El cultivo de la remolacha, hoy en día, demanda un prototipo de agricultor y de explotación agraria, que no se parecen en nada a los cultivadores de hace 20 años.

Actualmente tenemos que contemplar a la remolacha como un cultivo más, dentro de la rotación, en una explotación bien dimensionada y modernizada.

Conceptos como profesionalidad, manejo de nuevas tecnologías como la digitalización y sobre todo la eficiencia en el riego, son las luces que tienen que guiar al futuro cultivador de remolacha.

El precio que puedan pagar por la raíz de remolacha, las diferentes industrias o Cooperativas molturadoras, no será el factor limitante para el futuro del cultivo.

A la estabilidad que aporta al agricultor, el saber de antemano, el precio que va a cobrar por su remolacha, lo tienen que acompañar otros factores de índole agronómico.

Los más destacados serán en un futuro: la optima preparación del suelo, dentro de una rotación de cultivos, la elección de una semilla innovadora, una fertilización más racional y respetuosa con el medio ambiente, una menor aportación de fitosanitarios al cultivo, un riego más competitivo y eficiente, una menor distancia entre el cultivo y la industria molturadora, etc.

Mayor producción y mejor calidad con menos costes de producción, será la ecuación que aporte beneficio al agricultor. Si además, lo sumamos a unas prácticas agronómicas más respetuosas con el medio ambiente y sostenibles, esto redundará en el mantenimiento de unos apoyos públicos al cultivo.

¡¡¡El camino lo tienen que recorrer juntos, agricultores e industriales!!!!

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