Llegadas estas fechas, quiero aprovechar y agradecer la oportunidad que me brinda Empresa Agraria para entrar en vuestras casas y desearos una Feliz Navidad y un venturoso año 2022.
Desde la Diputación de Valladolid queremos acompañaros en estos momentos de balance y de ilusiones renovadas. Un balance que, en el sector agropecuario, tiene sus luces y sus sombras. Y es que, tras una cosecha generosa y unos precios agrícolas atractivos, nos preocupa el lastre que esto supone para el sector ganadero. Y es que el incremento de los costes de producción, sobre todo de la alimentación, con subidas de más de un 40%, pone en riesgo la rentabilidad de la mayoría de las explotaciones ganaderas de nuestra provincia.
Desde la Diputación de Valladolid nos unimos a los ganaderos en su reclamación de unos precios para su producción, tanto de leche como de carne, que puedan compensar la subida de dichos costes de producción relacionados con la alimentación, la energía, la maquinaria o el transporte.
Porque la viabilidad económica de nuestras explotaciones ganaderas es vital para mantener actividad económica en nuestras zonas rurales y poder fijar población en nuestro territorio. Y es que está demostrado que la actividad ganadera es la que contribuye con más eficacia al mantenimiento demográfico de las zonas rurales.
Tampoco quiero olvidarme de los problemas que en estos momentos acucian a nuestros agricultores, que pueden ver hipotecada la cosecha de 2022 a causa del inasumible incremento de sus costes de producción, con subidas del precio de la maquinaria, semillas, fertilizantes, energía eléctrica y carburantes.
La sociedad tiene que valorar la responsabilidad que supone la actividad de nuestro sector agroalimentario, a la hora de garantizar y proporcionar alimentos suficientes y con seguridad alimenticia. Una responsabilidad que se ha puesto especialmente de manifiesto a lo largo de toda la pandemia, y especialmente durante los meses más duros del confinamiento, en los que el sector primario ha asumido el reto y el compromiso de que no faltasen alimentos en los lineales de la distribución.
Desde la Diputación de Valladolid, estamos atentos a todos los obstáculos que tiene que superar el sector, y trabajamos para, dentro de nuestras competencias y posibilidades, poner a vuestra disposición recursos humanos y económicos que os puedan ayudar a superarlos.
En este sentido, quiero destacar especialmente el reto de consolidar y ampliar las zonas regables de nuestra provincia. Desde que se planteó el nuevo Plan Hidrológico Nacional, la diputación Provincial configuró un equipo de trabajo en el que participan Comunidades de Regantes, agricultores, OPAS y medios de comunicación y así poder detectar todos aquellos aspectos lesivos para los intereses de nuestros regantes y poder confeccionar un pliego de alegaciones.
El regadío crea riqueza y, por lo tanto, también contribuye eficientemente a fijar población en nuestras zonas rurales. Un organismo como la CHD, con una visión alejada de la realidad agraria, no puede ser una barrera infranqueable para el mantenimiento y progreso de nuestras explotaciones agrarias dependientes de los cultivos de regadío.
Y junto a ello, y dentro de las acciones de promoción que puede desarrollar la Diputación de Valladolid, estamos realizando una apuesta importante por la puesta en valor de nuestra producción agroalimentaria a través de la marca Alimentos de Valladolid, que está aportando mecanismos de asesoramiento y promoción a los alimentos producidos por nuestros agricultores, ganaderos e industrias agroalimentarias.
El paraguas que ofrece Alimentos de Valladolid a todos aquellos que quieran adherirse, ya más de 200 empresas y casi 900 productos, ofrece la oportunidad de dotarles de un valor añadido, además de servir de herramienta de promoción y de ayuda a la comercialización, especialmente con las nuevas posibilidades que ofrece el nuevo Espacio La Granja.
Pero hay más escaparates. Por ejemplo, el Museo del Pan, en Mayorga, que aparte de ser un reclamo turístico para la zona, acoge cada año la Feria del pan y de la Lenteja de Tierra de Campos, actividad que fomenta la implantación del cultivo de esta legumbre en el resto de la comarca. Y es que, como bien sabéis, buscar la rotación de cultivos con leguminosas de calidad, aporta valor agronómico y también económico a nuestros campos.
Y nuestro gran escaparte es, sin duda, el Museo Provincial del Vino, en Peñafiel, valedor del buen hacer de nuestros viticultores y bodegueros. No en vano nuestra provincia es un referente nacional en la elaboración de vinos de calidad. Lo demuestra el ser la única provincia de España, que acoge 6 figuras de calidad, la 5 Denominaciones de origen tradicionales (Rueda, Ribera del Duero, Toro, Cigales y León), a la que hay que unir la primera Denominación de Pago de Castilla y León, para la bodega Heredad de Urueña.
Y antes de finalizar quiero tener un recuerdo muy especial para todos nuestros alcaldes, que en muchos casos son agricultores y ganaderos, pero que siempre son los interlocutores entre la actividad agraria que se desarrolla en sus municipios y la institución. Lo sé bien, porque yo soy un alcalde más de nuestra provincia.
Los alcaldes saben, mejor que nadie, que cuentan con todo el apoyo por parte de la Diputación en todas aquellas cuestiones que precisen, también en las relacionadas con las que afectan directamente a la actividad agropecuaria que se realiza en sus municipios, desde la tramitación de licencias de Impacto Medioambiental al análisis de suelos, por poner solo dos ejemplos.
Gracias a todos por vuestro trabajo y por vuestro compromiso con el mundo rural de nuestra provincia.
Conrado Íscar Ordóñez
Presidente de la Diputación de Valladolid
