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La revolución de las cebadas de primavera

Estas nuevas variedades tienen un potencial productivo similar a cualquier trigo del mercado y un 15% más que una cebada de invierno

El avance genético de los de cereales cada vez es más vertiginoso a pesar del tiempo que tarda en desarrollarse una variedad. Uno de los casos son los trigos, cada vez son más productivos que los de antes, pero en donde el salto productivo ha sido poco importante.

El verdadero avance se ha producido en las cebadas, en concreto, en las variedades de primavera. Frente a las de invierno cuya mejora es prácticamente mínima, el salto cualitativo de las primeras es exponencial. Mientras que una cebada de invierno puede ofrecernos un 80% de lo que produce un trigo, las actuales cebadas de primavera dan lo mismo o algo más que cualquier trigo del mercado. “Si el año viene bien y nos permite su máxima expresión, las cebadas de primavera nos pueden dar un 15% más que una cebada de invierno. En un año adverso, el nivel de estas nuevas variedades de primavera seria igual o superior”, explica Jesús Mª Hernández de HERNAN-VILLA.

Los agricultores cada vez apuestan más por estas variedades de primavera para aprovechar el salto productivo que se ha producido en ellas. “Hasta ahora sembrar una cebada de primavera era coyuntural, se sembraban cuando no quedaba más remedio debido a las inclemencias del tiempo. Ahora se ve a más agricultores sembrando más tarde, hay una tendencia clara y es por este nuevo tipo de cebadas”, señala Hernández.

Esta nueva generación de cebadas de primavera pueden sembrarse hasta finales de febrero ya que no necesitan vernalización como sucede con las de invierno. “Es una revolución, este tipo de variedades no necesitan horas de frio para espigar, vegetan más despacio, sin parar si tenemos luz, continuando activas y floreciendo al mismo tiempo que las de invierno”, comenta este responsable de HERNAN-VILLA.

De esta nueva generación de cebadas de primavera tenemos dos ejemplos. La primera es KWS FANTEX, una cebada maltera con uno de los techos productivos más altos de España, siendo este año la variedad número uno de cebadas de primavera en los ensayos oficiales del INTIA de Navarra en Tafalla, localidad que suele dar el récord productivo a nivel nacional, alcanzando una producción de 12.447 kg/ha. Adaptada a todo nuestro territorio nacional se cultiva ya en Andalucía, Extremadura, Aragón, Castilla la Mancha y Castilla y León. “A pesar de ser relativamente nueva, esta campaña va a ser una de las más sembradas a nivel nacional, no solo por su calidad, que la tiene, si no por sus niveles productivos tanto en secano como en regadío”, afirman los responsables de HERNAN-VILLA.

La segunda es KWS CANTTON, otra de las variedades que pertenece a este grupo de cebadas de primavera que han dado este gran salto en potencial productivo. Su época de siembra más aconsejable es desde primeros de noviembre hasta mediados de diciembre. “A partir de mediados de diciembre recomendamos ya KWS FANTEX ya que su ciclo completo es más precoz”, señala explica Jesús Mª Hernández.

 Otro cultivo en expansión, la avena blanca

Otro cultivo en expansión en Europa y en España por sus avances en genética es la avena. En nuestro país, de los cereales, es el menos implantado, no hay zonas tradicionales que cultiven año tras año avena, solo donde se destina para forraje.

Al ser un cultivo de importancia pequeña, las variedades que se utilizaban eran antiguas, no había nada nuevo. Esta tendencia ha cambiado recientemente con los nuevos hábitos de consumo y el auge de la producción de copos y leche de avena, o más correctamente expresado, bebida vegetal de avena. Aprovechando este auge se han acelerado los programas de mejora de este cultivo y ha empezado a llegar gran cantidad de genética de Europa y los primeros resultados en variedades en nuestro país.

Una de las estrellas es la Avena Blanca ALBATROS. Al igual que lo sucedido con las cebadas de primavera esta nueva generación ha aportado un salto muy importante en cuanto a niveles productivos tanto en grano como en forraje. “Albatros, que lidera este cambio, además de producción, aporta al agricultor factores muy importantes para la calidad como el pelado de grano, elevado peso específico y elevado peso de 1.000 granos, lo que hace que sea una avena muy productiva y muy versátil para ser comercializada”, comenta Jesús Mª Hernández.

Productiva y de calidad, ALBATROS permite destinar su producción tanto para el pelado para copos y la industria de la bebida vegetal, como también para la alimentación animal y su uso como forraje.

 

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Periodista especializado en información agraria. #Agricultura, #Ganadería y pizcas de social media. @enripalomo en Twitter. Narrando desde @EmpresaAgraria

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