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La nueva estrategia investigadora de AIMCRA

Esta asociación ha definido cinco proyectos prioritarios en los que está centrando sus recursos en el cultivo de la remolacha

En 2020 se ha iniciado una nueva etapa en AIMCRA, en la que se ha definido la nueva estrategia con la que deberemos abordar en los principales desafíos que desde un punto de vista técnico se le presentan al cultivo y los cultivadores en estos momentos. Se han definido cinco proyectos prioritarios en los que AIMCRA está centrando sus recursos:

 Cercospora

La cercospora es una enfermedad que ha aumentado su presión sobre el cultivo de forma inquietante en los últimos años, la aparición de cepas resistentes y las prohibiciones y restricciones al uso de fungicidas han contribuido a que esta enfermedad sea hoy más preocupante para muchos remolacheros, que han sufrido pérdidas importantes por su causa, muy destacables desde hace varios años.

La puesta en marcha del proyecto “Cercospora” tiene como principal objetivo mejorar el control sobre la enfermedad, y como consecuencia incrementar el rendimiento del cultivo y el beneficio para el agricultor, así como mejorar la pureza en el proceso industrial de fabricación del azúcar.

En este sentido hemos comprobado los buenos resultados del nuevo material genético del que ya se dispondrá comercialmente en la campaña 2021, con una gran tolerancia, casi resistencia, a la enfermedad. Estas nuevas variedades ya están disponibles en el mercado, lo que sin duda marcará un antes y un después en la lucha contra esta enfermedad.

El proyecto se completa con la mejora del control químico, basada en la modelización de la enfermedad y la realización de los tratamientos en función de los momentos de aparición de riesgo.

Coste del riego y ahorro de agua

La energía utilizada en el riego alcanza su máximo coste en la zona de sondeos, donde supone hasta el 35% de los costes totales del cultivo.

Los objetivos que se persiguen con este proyecto están encaminados a hacer un cultivo más rentable y sostenible, y para ello nos proponemos:

  • Disminuir el coste del riego entre un 50% y un 75%, equivalente a 4-6 €/t de remolacha.
  • Mejorar la eficiencia del riego, hasta ahorrar un 20% de agua.
  • Reducir el impacto medioambiental de las emisiones de C02 hasta un 80%.
  • Hacer un cultivo más cómodo, mediante la automatización y la telegestión.

Para conseguirlo AIMCRA conoce la solución, pues ha trabajado intensamente en este sentido durante los últimos años, somos pioneros en la implantación soluciones de eficiencia energética y riego mediante energía solar fotovoltaica, así como de medidas de control de la factura eléctrica. Son numerosos los casos de éxito de remolacheros que gracias a la ayuda de AIMCRA han conseguido disminuir drásticamente sus costes de riego.

Se trata por tanto de difundir con la mayor velocidad posible la experiencia adquirida hasta estos momentos, mediante la puesta en marcha un servicio de asesoramiento a los socios en esta materia, que incluye tanto el desarrollo de una plataforma web como un servicio personalizado de consultoría y acompañamiento.

Disminución del coste del abonado y mejora de la calidad de la remolacha

El exceso generalizado de aportes fertilizantes N-P-K en el cultivo de la remolacha tiene varias consecuencias negativas, entre las que destaca el sobrecoste para el agricultor.

Además, en el caso del Nitrógeno, dicho exceso perjudica la polarización y la calidad tecnológica de la raíz, y es causa de mala imagen del cultivo debido a su incidencia negativa sobre el medioambiente, tanto por la contaminación de las aguas con nitratos como por la emisión de óxido nitroso (N02) a la atmósfera.

Los objetivos que se plantean en este proyecto son principalmente:

  • Disminuir el coste del abonado un 30%, equivalente a 1,50 €/t o 150 €/ha
  • Aumentar pureza VTIR en 1 punto porcentual.
  • Reducir un 30% las emisiones de NO2 provocadas por el abonado nitrogenado.

En los trabajos realizados en 2020 en tres campos del Páramo de León hemos obtenido los primeros resultados, que vienen a corroborar y reafirmar lo que ya conocíamos respecto al abonado nitrogenado de la remolacha, es decir que el suelo aporta entre el 80% y el 90% del nitrógeno que consume el cultivo, y además lo toma en los primeros 100 días a partir de la siembra. Parte de este nitrógeno procede del excesivo abonado que año tras año se realiza en el maíz.

Es necesario disminuir los aportes de nitrógeno con el fin de aumentar la rentabilidad para el agricultor, así como de mejorar los resultados tanto de riqueza como de calidad industrial de la raíz.

Variedades

En el cultivo de la remolacha azucarera existe una gran renovación genética año tras año, con las nuevas variedades se consigue una incesante mejora en el rendimiento, la polarización y la tolerancia a enfermedades y plagas. Por ello, AIMCRA debe continuar con esta línea de trabajo, realizando cada año ensayos de variedades que nos permitan ofrecer a nuestros socios una recomendación permanentemente actualizada con las mejores variedades del mercado adaptadas a sus condiciones particulares.

Los objetivos que se persiguen con este proyecto son:

  • Incrementar el rendimiento.
  • Incrementar la calidad industrial de la remolacha
  • Mejorar el control de plagas y enfermedades (amarillez, rizoctonica, cercospora, rizomanía).

Neonicotinoides

Los insecticidas Neonicotinoides aplicados en la píldora fueron un gran avance en el control de las plagas de la remolacha, pues sustituyeron a los insecticidas microgranulados aplicados en la línea de siembra y a otros insecticidas de aplicación foliar, lo que supuso un gran adelanto no solo por las eficacias de control conseguidas sino también por su menor riesgo medioambiental y sobre todo por su menor peligrosidad para las personas que realizaban las tareas de siembra.

Aunque en la próxima campaña podremos seguir usando los Neonicotinoides, es probable que en un futuro cercano se produzca la prohibición definitiva del uso de los Neonicotinoides en las semillas de remolacha, lo cual podría suponer un alto riesgo de pérdidas en el cultivo, debido al ataque de plagas que hasta ahora han pasado desapercibidas, pues no en todos los casos se dispone de alternativas de control. Sirva como ejemplo lo ocurrido en Francia durante 2020.

Los objetivos de este proyecto se centran en:

  1. Formación y divulgación hacia el sector remolachero-azucarero sobre el cambio de manejo del cultivo.
  2. Establecer un sistema de alertas preventivo en los primeros ataques de Pulguilla y Pulgón.
  3. Establecer un sistema de avisos para la transmisión eficaz al agricultor.
  4. Buscar alternativas a los insecticidas autorizados actualmente.

Herbicidas

El control químico de las malas hierbas es clave en un cultivo como la remolacha azucarera, pues la utilización de mano de obra es inviable y la escarda mecánica no soluciona el problema.

La reciente prohibición de algunas materias activas o la imposición de restricciones a su uso, suponen una nueva incertidumbre para el futuro del cultivo de la remolacha en España.

Los objetivos de este proyecto son:

  • Mantener o mejorar los actuales niveles de eficacias y costes de control de las malas hierbas con herbicidas convencionales.
  • Implantar de forma eficaz nuevas tecnologías de control químico basados en Conviso Smart.
  • Valorar la utilidad de nuevos medios de control mecánico basados en autómatas y análisis de imagen.
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