Por José Ignacio Velasco Calvo, Ingeniero Agrónomo y Secretario Técnico del COIACLC.
La importancia de la protección vegetal
Recientemente el Parlamento Europeo ha sacado a la luz un estudio realizado por el Grupo de Trabajo por el Futuro de la Ciencia y la Tecnología titulado “El futuro de la protección de cultivos en Europa”. La primera consideración importante del mismo es que se espera que a finales del presente siglo 11.000 millones de personas tendrán que ser alimentadas. Dado que no se puede utilizar más superficie agraria sin incidir en la pérdida de biodiversidad, los autores concluyen que la única vía es el incremento de los rendimientos por hectárea.
El objetivo de este trabajo era tener una visión general de las diferentes opciones existentes en el campo de la protección vegetal que permiten a los agricultores trabajar de manera sostenible y asegurar sus producciones, preservando la biodiversidad y manteniendo unos ingresos estables. Este informe evalúa también los diferentes métodos de lucha contra plagas y enfermedades de las plantas desde el punto de vista de la sociedad y los impactos en los objetivos de la PAC.
Los autores reconocen que la protección de cultivos es esencial para asegurar alimentos sanos, calidad y en cantidad suficiente. Enfatizan que, aunque los métodos químicos son los más ampliamente utilizados, la necesidad de otros alternativos surge tanto por la parte de la sociedad en general como de los propios agricultores.
Los métodos de lucha
En cuanto a estas alternativas el documento analiza los métodos mecánicos que pueden dar buenos resultados con el uso combinado de técnicas de visión artificial, RTK GPS y robótica, aunque avisa de los efectos colaterales que los mismos pueden provocar en los insectos del suelo y en algunas aves.
Analiza también el uso de enemigos naturales y biopesticidas que, aunque en rápido crecimiento en la actualidad, sólo suponen un 5% de los productos de protección vegetal. Su principal inconveniente es la menor eficacia respecto a los productos fitosanitarios convencionales.
Otro de los métodos alternativos es la aplicación de principios ecológicos en sistemas diversificados desde los puntos de vista temporal (rotaciones de cultivos), espacial (uso de setos y bandas florales) y genético (cultivos mixtos). La eficacia de estas técnicas es positiva, sobre todo porque a la sostenibilidad ambiental, aunque difícil de cuantificar por lo variado de las posibilidades existentes.
Entre los métodos de agricultura de precisión y los sistemas de apoyo en la toma de decisiones analizados destacan las tecnologías de pulverización que mejoran la eficiencia de los tratamientos y su impacto ambiental (detección y control de malas hierbas, reducción de solapes, control de deriva y derrames, limpieza automática…). También el monitoreo y el seguimiento de las condiciones ambientales junto a los modelos predictivos de plagas y enfermedades son herramientas que van ampliando su uso en cultivos hortícolas, frutales y viñedo. Este grupo de técnicas contribuyen en gran manera a la sostenibilidad ambiental, económica y social de la agricultura, pero exigen mayor formación y asesoramiento técnicos.
En cuanto a los productos de protección convencionales está claro que cada vez son menos los productos disponibles para el agricultor y al ser más selectivos y con menor impacto ambiental necesitan ser reforzados con otros métodos alternativos como establece la Directiva Europea de uso Sostenible de Productos Fitosanitarios. Además, la Estrategia “De la Granja a la Mesa” exige para 2030 “reducir un 50% el uso y el riesgo de los plaguicidas químicos y un 50% el uso de los plaguicidas más peligrosos”. Esto puede provocar, según algunas organizaciones de productores: un mayor riesgo de aparición de resistencias debido a los escasos productos disponibles para el control de ciertas plagas, unas producciones menores y una reducida competitividad de los agricultores europeos respecto a los de otras zonas.
Los retos que todo esto supone han de afrontarse de manera inmediata y suponen un cambio de enfoque para el que es esencial la colaboración entre las organizaciones agrarias, los centros tecnológicos y de investigación, la administración, el sector de los suministros y por supuesto los técnicos.
Más información: https://www.europarl.europa.eu/stoa/en/document/EPRS_STU(2021)656330
