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Entrevista a Emilio Pita Gil, gerente de Bodegas Verderrubí

 “Busco la expresión más pura del terroir”

¿Cómo surge la idea de Bodegas y Viñedos Verderrubí?

En nuestra familia siempre hemos sentido pasión por el vino. Cómo teníamos un terreno propio con viñas, en época de vendimia, todos nos volcábamos en esta tradición. De esta costumbre de hacer vino para nosotros cada año, nació mi pasión por este mundo y fue lo que me empujó a estudiar Enología en la Universidad de Burdeos, para después continuar mi formación en California y Nueva Zelanda.

A mi regreso a España, mi familia, me ofreció hacerme cargo de los viñedos y crear una bodega que reflejase nuestra pasión por los vinos y la zona.

 ¿Cómo fueron los principios?

A finales de los 90 y principios del 2000 empezamos a replantar viñedo en varias tierras principalmente por nuestro amor por el vino. Cada año tras la vendimia, nos gustaba probar en las comidas familiares el vino que elaborábamos con nuestras propias uvas y de ahí fue surgiendo poco a poco la idea de lo que hoy es Verderrubí. Fuimos comprando tierras y plantando viñedo en zonas donde hubo Verdejo en los años 60 y que se arrancó por la concentración parcelaria y en favor de la expansión del cereal. Poco a poco, hasta llegar las 62 hectáreas actuales, con unos viñedos donde los más antiguos tiene 18 años.

Nuestro suelo tiene la composición ideal para elaborar vinos que se caracterizan por su frescura en boca y su elegancia en nariz. De esta forma, la estructura comienza con un primer metro de profundidad arenoso-pedregoso; el segundo metro se compone de arcilla y, desde allí, la peña domina en el interior del suelo.

¿Y en el año 2012 llegó la bodega?

Si en ese año, construimos la bodega a los pies de Rubí de Bracamonte, nuestro pueblo. Levantamos las instalaciones muy cerca de nuestros viñedos para que la vendimia pueda ser calmada. La recepción de uva es constante en las semanas de recogida, pero tranquila y cuidadosa. El transporte se hace en pequeños lotes que, tras su selección, se vinifican por separado en el momento exacto de madurez.

¿Cuál es la filosofía en que se basa el trabajo que desarrollan en Bodegas y Viñedos Verderrubí?

Desde el primer momento lo hemos tenido claro, nuestra idea es la de los “viticultores independientes” franceses, una figura muy extendida en este país. Ellos, como nosotros, con su terreno y sus uvas se encargar de elaborar y vender su propio vino. Lo que se conoce como vinos de “terroir” que surgen año tras año de los mismos terrenos y elaborados con uvas propias.

Para mí es la forma de elaborar más sincera y ecológica, otra de nuestras características y diferencias con el resto. Toda nuestra producción es ecológica, que para nosotros también significa, ser más fieles al terreno. Practicamos una viticultura más respetosa con el entorno, muy cercana a como se hacía hace 40 años.

¿Qué persigue con sus vinos?

Busco la expresión más pura del terroir y trabajar con levaduras autóctonas que nosotros seleccionamos. La crianza se hace sobre lías en la totalidad de los vinos, lo que les dota de una estabilidad y estructura conseguidas de forma natural. Además, la madera es una de las principales fuerzas de nuestro trabajo y el roble armoniza unos vinos complejos y longevos.

 ¿Cómo es el manejo en un viñedo ecológico?

Al no poder aplicar los productos tradicionales para el control del oídio hay que hacer un control físico más que químico con una poda en verde muy cuidada en la que predomine unos racimos separados y aireados. Una de las claves es “pisar mucho el viñedo” para detectar cualquier señal y poder actuar rápidamente.

¿Qué vinos comercializan y cómo es su elaboración?

Tenemos cuatro marcas en el mercado. La primera y más emblemática es Dominio de Verderrubí. Un verdejo joven elaborado al 100% con esta variedad criado sobre lías finas durante 4 meses. Es un vino intenso, limpio y brillante con un color amarillo verdoso. Muy complejo, en boca es untuoso, bien equilibrado, redondo y de final largo.

Atipyque es un vino fermentado en tina de madera de roble francés de 5.000 litros y con una crianza de 6 meses sobre lías totales. Lo presentamos como un crianza blanco complejo que no tiene la fruta del vino joven, pero posee más estructura en boca y nariz más expresiva. De Atipyque elaboramos 5.000 botellas. Es un vino atípico, de ahí su nombre por su elaboración tan particular. La primera añada de este vino salió en 2011.

Pita es un vino excelente del cual producimos 3.000 seleccionadas botellas al año. Fermentado en barrica de roble francés y criado durante 8 meses sobre lías, es también como el resto un verdejo 100%. La selección parcelaria para elaborar este vino es exquisita de manera que solo la mejor uva de nuestro viñedo puede dar lugar a este vino. De Color amarillo pálido con ciertos reflejos verdosos, los componentes de la madera están muy marcados.

La Bonera. Este vino lleva el nombre de la hectárea de tempranillo familiar que fue el origen de nuestra pasión por el vino y que empezásemos a elaborar. Es nuestro tinto que tiene una crianza de 12 meses en barrica de roble francés (75%) y americano (25%). Tempranillo 100%, esconde la rareza de los vinos de esta variedad dentro de la DO Rueda. De color rojo picota con tonos violetas, es un vino de estructura ligera y elegante para los amantes de este tipo de vinos.

¿Cómo comercializáis vuestros vinos?

Principalmente a través del Canal Horeca. El 60% se vende en el mercado nacional y el 40% en el exterior. En Valladolid se puede encontrar en varios bares y restaurantes como El Angelillo, el Suizo o el Restaurante La Tahona. Fuera de Valladolid, nuestros principales mercados son Madrid y el Levante. Ahora nos estamos implantando en el norte.

En cuanto al mercado exterior, los principales países donde estamos son Alemania, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suiza y también en Canadá y Estados Unidos.

¿Qué proyectos de futuro tenéis para la bodega?

Pronto, las nuevas plantaciones entrarán en producción y nuestra idea es llegar de las 180.000 botellas actuales, a las 400.000 botellas cuando todas las hectáreas estén en plena producción. Ahora tenemos unas 30 hectáreas en producción y finalizaremos en 2019 con el doble.

La bodega se diseñó con visión de un futuro crecimiento y actualmente ya está acondicionada para albergar ese volumen. Después ya no creceremos más porque la forma en la que entendemos nosotros nuestro trabajo y el cuidado del viñedo, estando encima de él todos los días, sería imposible realizarlo con mayor número de hectáreas.

La selección parcelaria para elaborar Pita es exquisita

La selección parcelaria para elaborar Pita es exquisita, de manera que solo la mejor uva puede dar lugar a este vino.

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Periodista especializado en información agraria. #Agricultura, #Ganadería y pizcas de social media. @enripalomo en Twitter. Narrando desde @EmpresaAgraria

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